Issui Enomoto es un fotógrafo japonés que vive en Yokohama, Japón, una ciudad portuaria al sur de Tokio. Por las noches trabaja como taxista para buscar una forma de ingreso de dinero mensual, tal como sucede con miles de artistas en todo el planeta que buscan una forma de sustentarse ante un mundo bastante difícil como es el creativo.
Su taxi le sirve como su propio estudio desde el que captura momentos de esas calles de Tokiomientras va en la búsqueda de pasajeros. Su doble exposición en sus fotografías las convierte en una especie de ensueño en el que la ciudad, las luces y el asfalto son el entorno para esos viandantes que cruzan a veces como sombras.
Enomoto describe a su taxi como una especie de “pequeño submarino” en un “gran mar” de la ciudad portuaria. El sigue con su trabajo artístico en la búsqueda de esas fotografías que muestren la noche y esas esquinas donde todo pareciese que puede ocurrir.
Sus fotografías de doble exposición relatan ese movimiento infinito de las personas que pululan, de forma anónima, las calles de esa gran ciudad. Trasladan al espectador esa atmósfera y casi contaminación que surge a día de hoy en una de tal tamaño.
Muchos de los protagonistas de sus fotos aparecen luchando contra la fuerza de la lluvia o el viento, o mismamente quietos ante ese semáforo rojo que les domina en los momentos en los que el tránsito es vital para la buena conducta de todos los ciudadanos.
La melancolía de separar a esos individuos y la tristeza que a veces asoma por cada una de esas fotografías nos hace transitar a la visión de este fotógrafo que en sus noches transita con su cámara buscando la humanidad que pasa ante la luz que proyectan los propios faros de su coche.
Facebook y web de Issui Enomoto
Sus fotografías de doble exposición relatan ese movimiento infinito de las personas que pululan, de forma anónima, las calles de esa gran ciudad. Trasladan al espectador esa atmósfera y casi contaminación que surge a día de hoy en una de tal tamaño.
Muchos de los protagonistas de sus fotos aparecen luchando contra la fuerza de la lluvia o el viento, o mismamente quietos ante ese semáforo rojo que les domina en los momentos en los que el tránsito es vital para la buena conducta de todos los ciudadanos.
La melancolía de separar a esos individuos y la tristeza que a veces asoma por cada una de esas fotografías nos hace transitar a la visión de este fotógrafo que en sus noches transita con su cámara buscando la humanidad que pasa ante la luz que proyectan los propios faros de su coche.
Facebook y web de Issui Enomoto
